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18/4/09

Geometría del Vuelo / Geometry Of The Flight

Geometría del vuelo By José Napoleón Oropeza
“Lo original se presenta como un descubrimiento que es, al mismo tiempo, un reconocimiento. Reconocimiento que procede del fondo de un orden inmemorial. Descubrimiento de la actualidad de un fenómeno como algo que representa el orden olvidado de la Revelación.”
Walter Benjamín

“El cabello es la parte vegetal del hombre”
José Lezama Lima

Desde los tiempos más inmemoriales, por no decir lejanos y cercanos, Penélope quiso descubrir y revelar el más hermoso de todos los amagos que el ser humano pudiese crear sobre la tierra. Pretendía simular el final de una aventura ( la de aceptar o no a uno cualquiera de los pretendientes que la acosaban), al ritmo del oleaje constante de sus manos. En cada nuevo punto de una tela que tejía durante el día y destejía durante la noche trataba de aplazar todo final: mostraba a los pretendientes, a cada amanecer, el bordado inacabado de su tela. Tras una nueva línea, su tejido engendraba, al mismo tiempo, vida y muerte, noche y día.
En el ardid de quien, a partir de Penélope, teja una tela, va implícita la idea del mismo amago. Llámese a esta aventura de tejer, viaje o sueño, quien borda, funda lo real y lo imaginario en cada puntada: la aguja escarba en la tela para revelar lo oculto y fundir ambas esencias.
Atisbar supone, desde siempre, aceptar el desafío de lo entreabierto. De una constante ensoñación. Nada se torna tan ficticio y verdadero como énfasis puesto en cada punto del viaje: la luz de todo amanecer se funde con la de la noche, al atardecer, por la magia de la mano, la aguja y el hilo: se desteje una luz para que surja otro camino, otro ardid en el sueño, en la aventura.
Geometría del vuelo, de Sachenka Oropeza, nos propone una aventura semejante al ardid de Penélope con su tela. Inicio o final de partida en la cual asistimos a la conformación de un universo que nace de la gesta más arquetípica de mujer alguna sobre la tierra. Llámese esa mujer con el nombre de Penélope, Gego, Kiki Smith, Jana Sterback, Eva Hesse, Emilia Azcárate, Sachenka Oropeza o adopte cuerpo y nombre de hombre y se llame Giannis Kunellys o Jesús Soto: la aventura de amagar con hilo, con aguja y tela, papel, crineja de mujer o alambre para crear puntos, líneas, espacios, territorios, nudos, cartografías, mapas, nidos y paisajes. Meras variaciones formales que remiten, en el origen, en esencia, a la misma puntada. A un juego de jeroglíficos, signos y caminos que se cruzan en busca de ahondar en el misterio que dibujó una anterior puntada, en pos del mismo enigma.

Geometría del vuelo surge de una simulación de viaje. El hilo que, tomado por la mano o atado a la aguja, fija el punto o acentúa en el énfasis de la vuelta algún pespunte, con gran sutileza, no se ha originado en la fibra vegetal o en seda metamorfoseada en hilo, sino en un puñado de cabellos. El pelo ha sido tomado como base para el inicio de un viaje y, así, crear el nudo, luego, la tela, el territorio, el árbol, la nube, el paisaje, el bosque. Seres que se perfilan en el papel, o en el aire, en forma de red, con gran sutileza: se trata de fijar lo entreabierto, la transfiguración constante de seres, puntos y líneas tras leve ensueño, como si la liviandad fuese su único sostén.
Un puñado de cabellos, manchas, puntos y rayas, en infinita rotación y leve vuelo; crines de caballos, pelos de gato y de asno; trozos de papel sobre otro papel que sirve de soporte. Todo ello se ovilla y se desovilla para fundar un juego de simulaciones que, como en las experiencias oníricas, evocan, vagamente, figuras o cuerpos reales: la sutileza se impone siempre como dadora de atmósferas de ensoñación. Algunas veces, la artista nos invita a descifrar un juego de jeroglíficos, puntos y tramas de una cartografía imaginaria, “visceral” o etérea, sometidas a un devaneo constante. Un juego de ocultamientos y revelaciones tras cada puntada. Luego de cada pespunte que, a veces, sugiere el brote de otro territorio, de otro espacio

El hilo o el cabello como tamiz de sombra y de luz.
El viaje propuesto por la artista resulta original, no solamente por el empleo de diversos aparejos dispuestos para la construcción de su universo, sino, igualmente, por el aliento genésico que implica esta aventura. Cada punto, raya o nudo nace y brota del aliento cosmogónico, orgánico, que anima la voluntad de vuelo.
Lo primero que a cualquier espectador, cultivado o no en las lides de descifrar conceptos y significados artísticos seduce y encanta, resulta de la sutileza y capacidad de esta artista para crear atmósferas de transparencia y luz con estos materiales, crudos, ausentes de todo color distinto al negro, al blanco y al gris. En una sola de sus obras, hasta ahora, hemos visto un diminuto triángulo rojo. En todas las demás dominan el negro, el gris, los ocres. A veces, el papel que sirve de otro aparejo para el viaje es amarillo. Todos los elementos en coexistencia para fundamentar, de esta manera, un caos que se construye en el recurso (por lo demás arquetípico) del juego de luz y de sombra sobre su soporte natural, el papel, o en el aire, elemento que contribuye, tras los movimientos leves y etéreos de sus mallas, a la insinuación de otro dibujo sobre la pared. Luego de ser seducido el espectador por el juego de luz, resulta atrapado por el tramado de sombras levemente sugerido por las rayas, o el otro tramado espontáneo creado por las mallas al moverse.
El esplendor de la forma en esta obra brota de un seductor y sutil misterio: de la unión y desunión de puntos y de hilos, para que, así, el espectador complete la trama propuesta por elementos tan disímiles. El espectador, entonces, imagina cuerpos y figuras donde, aparentemente, sólo se dan signos en mutación, en rotación y transfiguración constante. No hay cuerdas, puntos, agujas, ni rayas, tampoco miradas que resulten fijas para la eternidad. En el viaje propuesto por la artista nos invita a dejarnos llevar, igualmente, por las coordenadas sugeridas por la coexistencia de líneas verticales, horizontales, diagonales y, también, por los pequeños nudos. Estos sugieren, acaso, al unísono, perfiles de nubes, montañas, paisajes o un ejército de hormigas celestes que transfigurando, de otra forma, a las sendas que siguen “ otras” hormigas en la tierra, abren distintos caminos: un aletear de pájaros, tras el leve movimiento de la red. El soplo de aire vuelve a dibujar, sobre la pared, otra trama de sombra, otro camino, otra montaña recortada, otro paisaje.
Si existe en esta obra un aporte original en el proceso de cruces de miradas y espejos que supone todo arte, surge de su concepción del dibujo: las tramas nacen de la coexistencia de aparejos, de materias diversas. Pero, su coexistencia supone, a partir de la indagación de Oropeza, la creación de una zona de constantes amagos, reflejos, nudos y rayas que levitan y, a la vez, se enraízan en un amago de territorio o de espacio..
Su concepto de dibujo ( sensual, enigmático, sutil en el bordado de atmósferas) pasa por un tránsito constante de movimientos y transfiguraciones. Los ovillos y crinejas estallan en puntos, sombras, trama: salvaje punto que crea, el universo y su doble en otras rayas, planos y caminos. Acaso reflejo. El plano dentro del plano. El punto dentro de otro. Como si el caos engendrase un río: el dibujo que fluye. La tensión y el caos como generador de vida.
En el año 2004, dentro de la edición del 62 Salón “Arturo Michelena”, nuestra artista presentó una obra que, bajo el título de Ante el umbral, aludía, conceptualmente al tema de la identidad, a través del cruce de tres elementos: un diagrama de barras, el número de la Cédula de Identidad de la artista, su nombre y la frase Firma Válida , subrayando frente al espectador el inicio de un camino: la exploración de la huella. Luego, en el año 2005, obtuvo Mención de Honor en la XXX edición del Salón Nacional “Aragua”, con su obra Punto y fin , construida con base en varios círculos o “nidos” de cabellos y pelos de gato, que tras un juego de luz y de sombra, tramaban atmósferas, volúmenes, espacios. En el año 2006 fue admitida en el Salón Nacional de Dibujo y Pintura “Juan Lovera” con su obra Huella Indeleble, obra que fue seleccionada para itinerar ,nacionalmente, junto con otras diecinueve que habían participado en el evento. En este mismo año fue seleccionada para participar con su obra Apuntes para un paisaje , en la Bienal “63 Salón Arturo Michelena”. Hermoso dibujo concebido y realizado como malla flotante formada por pequeños nudos negros y grises, hilos. La obra, por un juego de luz, proyecta sobre la pared, otros dibujos. Al ser movida por el aire, transforma el dibujo en “montaña”o “paisaje”. Sutilmente, se produce una transfiguración de los aparejos. De allí, quizá, brota su fuerza seductora y sutil. El dibujo que flota vuela, se afianza en el aire. Permanece inmóvil. Se transforma. Reposa.

José Lezama Lima, el gran autor de Paradiso , afirmó una vez que el cabello era la parte vegetal del hombre. Seguramente si el gran poeta cubano contemplara uno solo de estos dibujos de Sachenka Oropeza, afirmaría, con asombro, pero aplomado en su aseveración, que el palimpsesto de cabello, grafito, hilo y pelo en las manos de esta artista, ha creado la noche para el inicio de otro viaje “hesicástico”.
Todo viaje brota, entre las manos de esta artista, del cabello o del pelo de Telémaco ( el héroe de La Odisea, hijo de Ulises o, acaso, un gato cuyo lomo se pasea, de manera indistinta, entre cielo y tierra) y abre otra puerta, otro camino para encuentros y desencuentros. Roto cualquier silencio, los mapas se tornan viscerales. La cartografía, un ala dispuesta a reanudar el vuelo, el tránsito. A completar la otra travesía en el “bosque hundido”, donde un triángulo rojo, diminuto, se transmuta en la mancha que, acaso, ha quedado luego del viaje de encuentros, desencuentros, ascensos y caídas, atisbos y muertes.
Contemplando largas horas los dibujos de Sachenka Oropeza, he recordado las preclaras palabras de Lezama Lima. Pero, también, me he maravillado con el concepto y forma del dibujo creado por esta artista, al tomar los cabellos e indagar, desde Ante el umbral , en el tema de la huella que se transfigura en paisaje y montaña, en punto sensual. Al tejer esa parte vegetal del hombre y convertirlo en cuerpo alado. En el tránsito insondable donde se juntan noche y día. Luz y amanecer en el nudo que vuela, se desata y vuela.


José Napoleón Oropeza
Puerto de Uva, Estado Sucre, sábado 23-09-06
Puerto de Uva, amanecer del día domingo 24-09-06
Las Eluvias III, amanecer del día miércoles 27 de septiembre de 2006

17/4/09

El Arte Es Una Gran Responsabilidad / Art: A Great Responsibility

By Marisol Pradas .
La cabellera de veintidós metros de la Sierva María de Todos los µngeles descubierta en una lápida del antiguo convento de las hermanas clarisas de Cartagena de Indias, base del libro "Del Amor y Otros Demonios" de Gabriel García Márquez, le hubiese servido a Sachenka Oropeza para hacer una de sus obras, trabajadas con cabello humano, mucho mas si el color era de cobre intenso tal como se describe en el libro. Sería entonces cómplice de la marquesina venerada en algunos pueblos del Caribe por sus muchos milagros, de acuerdo a la leyenda de apariciones.Trabajar con el cabello es algo mágico. Yo, desde que me arranco el cabello siento allí algo tan lindo, tan maleable, liviano, sutil, delicado; que aunque te he puesto todas estas características, no tiene nada de débil o de efímero. Lo que le queda de una momia son los cabellos.¿Cómo negar que Sachenka es hija del escritor, profesor y ahora presidente del Ateneo de Valencia, José Napoleón Oropeza? ¿Que desde hace 15 años trabaja en el Ateneo de Valencia, primero como encargada de la Cátedra de Estudios Libres Ida Gramko y después como coordinadora general, cargo que ocupa en la actualidad? Son asuntos que no pueden obviarse al momento de hacer una entrevista sobre la obra que desde hace algún tiempo empezó a desarrollar.Ya ha sido reconocida a través de menciones honoríficas que recibiera el año 2005 en la 30 edición del Salón Aragua con "Punto y Raya" y durante este año con "Compases de Espera", obra que recién obtuvo el reconocimiento en la Bienal de Pequeños Formatos de la Universidad de los Andes y que estará exhibiéndose en el Museo Juan Astorga Anta de la ciudad de Mérida hasta el 19 del presente mes y año en curso.Por vez primera participó en el Salón Arturo Michelena en el año 2004 con "Código de barras" y se prepara para su primera muestra individual pautada para el 11 de febrero de 2007 en Maracaibo gracias a la invitación de Régulo Pachano y Martín Sánchez del Centro Cultural "Lía Bermúdez" que va a itinerar a nivel nacional, posteriormente.-¿Se te han abierto o cerrado puertas por ser hija de quien eres?-Cerrado ninguna. Yo trato de ser yo misma.... el otro día le decía a mi hermana: "Quiero cambiarme el Oropeza" porque parece mentira pero me comentan "Mira, Sachenka, aquí en el Michelena mucha gente dice que viene a ver la obra de la hija de José Napoleón...". Entonces lo siento como una marca. No me ha cerrado puertas, pero sí es difícil.-¿Cuándo sentiste algo especial frente a una obra entendiendo que siempre estuviste muy ligada a lo artístico?-La primera vez que el arte me llamó la atención fue a los 7 años en el Museo del Prado y, cuando estabamos en el recorrido, vi una pintura de Francisco Goya que me llamó muchísimo la atención que fue "Saturno devorando a su hijo". Me impactó tanto que me quedé como petrificada. No podía dejar de verlo. Al rato José Napoleón me pregunta: ¿Te gusta? Creo haberle dicho que sí.-¿Tuviste una infancia muy cultural?-Prácticamente no tuve infancia como una niña normal -dijo mientras soltó una gran carcajada-. Toda mi vida fueron visitas a museos, ir a recitales, bibliotecas y librerías.-¿Jugaste haciendo arte?-A los 7 años comienzo con mis primeras indagaciones; con las muñecas. Las amarraba, les ponía mecates, las asía a las sillas.-¿Cómo fue tu encuentro con ese material tan humano y femenino a la vez como lo es el cabello?-Como estoy a diario en contacto con artistas y hechos culturales hubo una vez que expuso Emilia Azcárate (residenciada actualmente en Trinidad) con una obra bellísima realizada con material orgánico (ella labora con bosta de vaca) y dentro de la muestra había una pieza que formaba una circunferencia que estaba compuesta por pequeñas círculos de cabello. Cuando la vi, dentro de mí, y fui muy osada al pensarlo, me dije "Eso lo puedo hacer yo". Me gustó aquella liviandad, se veía como flotando. Esa noche comencé a peinarme y peinarme, se me caía el cabello; comencé a intentarlo y después de mucho perseverar logré formar las esferas con mi cabello. Luego trabajé con el pelo de mi gato Gray.-¿Se reconoce Gray en tus obras?-Pues no lo vas a creer, pero sí -expresó entre risas-. Cuando estoy trabajando dirige su fino olfato sólo a los pelos que le pertenecen.-¿Cuándo te decides a participar?-Mandar algo al Michelena era otro reto porque yo tenía tiempo trabajando, en silencio, pero no me atrevía a mostrar porque estaba en un dilema personal. Me decía a mí misma: Trabajo en el Ateneo, el presidente es mi papá. Cuando asumí enviar la obra al Michelena no le dije nada a José Napoleón y cuando las estuvieron clasificando para la admisión apareció "Apuntes para un paisaje" que fue aceptada.Tardó un año en elaborarla. Son 3 mil esferas. Se le torció un dedo de tanto tejer y el proceso creativo la remitió a Penélope, eternizada como la mujer que prefirió el espejismo del sueño a la realidad. Tiene un tinte de llano; si el espectador se acerca a la obra ve retículas de Gego, una de las artistas que también ha influido en su obra.-¿Hilvanar cabellos es un proceso esotérico?-Va implícito.-¿Cuál es el legado que quieres dejar?-Mi aporte al mundo artístico es romper con los esquemas formales en cuanto a técnicas... son muy pocos los que han trabajado con cabello, excepto Emilia Azcárate y Fabiola Sequera al principio de su obra que trabajó con crines de caballo."Apuntes de un paisaje" cuando lo comencé era un río... terminó siendo una montaña... porque todas mis obras remiten a naturaleza bajo la técnica de minimalismo. En mi obra siempre intervienen cabello, pelo, aguja e hilo...-¿Cómo comenzó la creación en sí?-Cuando yo me inicié en este camino comencé con la línea... para mí, la línea y el punto son los elementos básicos para plasmar todo tipo de obras... las líneas son sucesión de puntos y las esferas son fragmentos de esa línea que es con lo que yo vengo trabajando desde que me inicié en esto del arte... Con la intención de crear en el espacio volumen. En todas mis obras la línea se dobla y se desdobla para formar figuras...-¿La minuciosidad de tu arte te produce placer?-El arte es algo que te genera satisfacciones, que te ayuda a crecer espiritualmente, pero a la vez es una responsabilidad, mucho más en mi caso. De repente es una bendición tener un padre como José Napoleón Oropeza, pero a veces digo es un karma también... Lo asumo como un reto y una responsabilidad. Investigo, no dejo de leer. He descubierto un montón de mujeres que han trabajo con lo que es tejido, cabello; me siento conectada con la obra de Emilia Azcárate. Sin embargo he visto obras de otras muchas mujeres que han trabajado con cabello que son Hanna Sterback, Janis Kounelys (en el Centro Pompidou de París está una obra suya, una clineja pegada a una lámina de metal); Kiki Smith y Nanine Antoni.-¿Cómo logras conectarte con esa energía imperecedera que es el cabello?-Es una especie de trance porque después que agarro una cartulina y comienzo a malear el cabello comienzo a coser, pegar y tejer. Es mágico... es esperar que los sueños que te cumplen... es una técnica que no dejaría por nada... la trabajaré hasta que pueda...Lo cierto es que las figuras sugieren. Bien sea los cabellos negros o los pelos grisáceos del gato van construyendo espacios y enredaderas en el torbellino del tiempo. Sin embargo, la obra es equilibrada. Pensada. Un compromiso que ahora la lleva a indagar con crines de caballo para poder sujetar ese material rebelde que forma parte de la libertad de un ser.El arte siempre tiene algo de indómito y de timbre evolutivo que en Sachenka Oropeza nació viendo un Goya y que después se repitió viendo la Autocrucifixión de Nelson Garrido, años después. ¿Cosa muy distinta a la aparición de la Sierva María de Todos los Angeles, de doce años, arrastrando su cabellera como una cola de novia? (Notitarde, columna Confabulario, 02 de diciembre del 2006).-
Publicado por Marisol Pradas en 19:56

15/4/09

En Casa de La Artista / At The Artist's

La artista, Sachenka Oropeza, mostrándonos sus obras. The Artist, Sachenka Oropeza, showing us her art-pieces.


Disfrutamos de una tertulia exquisita con La Artista, Sachenka Oropeza; su padre, el escritor Dr. José Napoleón Oropeza, La jurista Eluvia Laranisse Oropeza, el renombrado estilista Miguel Angel García y nuestro querido y afamado Sommelier, José Manuel González, quien estuvo de visita en el país por solo unos días.
La artista nos deleitó en la intimidad de su hogar con un muestra selecta de sus obras.



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